Salvatore y Ana forman un tándem en el que late un corazón italiano, la maestría, y la calidad de los productos rotundamente castellanos.
Preocupados por la calidad, sus productos se realizan de forma artesana, sin conservantes y cuidando al máximo cada paso para obtener delicias que degustar y disfrutar despacio.
Apoyan la ganadería local, mantienen la tradición culinaria italiana recreando las antiguas y delicadas técnicas de elaboración del queso hilado, y no dejan de innovar, inquietos y conscientes de las posibilidades de su producción.
Un "evviva por L'Italia" y su germen en Tierra de Pinares.